Mephisto: trascendiendo la nostalgia
De la plaza rockera de Holguín al Maxim. Sin dudas, el recién concluido Festival Metal HG fue un aire fresco para Mephisto, que ahora no desaprovechó la oportunidad de andar por La Habana y volvió a probarse frente al público capitalino. Este viernes 15 de noviembre, se alió otra vez a sus hermanos de Combat Noise. Si bien no fue como aquella primera presentación en el Patio de María, en que los cantantes de ambas agrupaciones se unieron para evocar a Lord Draculia, la ocasión sirvió para llevarnos una imagen del renacer de la banda holguinera y de paso, cumplir con el deseo de muchos de diversificar el catálogo metalero del Maxim con grupos de otras provincias.
Varias han sido las etapas por las que ha transitado Mephisto. No es un secreto que diversos problemas han puesto en riesgo a una de las bandas precursoras del black metal en Cuba, conformada en 1997 por cuatro integrantes, uno de ellos, Alexander Jorge (la mole) ya traía en su expediente la pertenencia a Destrozer, como suele salir a la luz. Pero, más que alentadores demonios del black, parece que nuevamente andan rondando el alma y la voluntad -bien probada- de los metaleros cubanos, en especial de esos que fuera de La Habana y con condiciones menos confortables, salvan su proyecto, y con este una larga historia.
Hace poco más de un año, comentó Osney Cardoso, cantante y fundador de la alineación, hay un trabajo por lograr estabilidad y desempolvar ideas originales que quedaron guardadas en el camino: “del 2007 para acá la banda dejó de funcionar por varios problemas y hace un año atrás Alexander y yo decidimos reempezar, y llamamos a los músicos que habían estado en Mephisto. Muchos aceptaron, otros no. Pero, en fin, como integrante nueva solo tenemos a Susel, la tecladista. Estamos tocando temas que son de 13 ó 14 años atrás. Sin embargo, hemos vuelto al principio, pues la idea, el concepto que teníamos era trabajar el black metal, pero fusionado con el death metal, o sea, black y voces guturales del death metal”.
La certeza de que el grupo, bajo las riendas hoy de Rigoberto Ricardo (batería) ha vuelto con fuerza la dio el Festival Metal HG, donde tocaron junto a la Orquesta Sinfónica de Holguín, en un concierto inédito que, al decir de la crítica, ayudó a sacar a Mephisto de las tinieblas, para remover a base de rugidos y virtuosismo a sus seguidores.
“Siempre tuvimos la idea de hacer un tipo de metal donde incluyéramos mucha sinfonía, muchas cuerdas como son violines, chelo”, apunta Osney. “Ahora se dio la posibilidad de hacer este concierto para el que estuvimos trabajando casi cuatro meses, haciendo arreglos a los temas, algunos viejos, muy conocidos”.
Casi al subirse al escenario del Maxim, enuncia parte del repertorio de la noche: Symphony of wolves, Lord Draculia, Before the darkest throne, Mausoleum of inmortals: “La gente sigue pidiendo esos temas, jóvenes que no estuvieron en aquellos tiempos. Por eso los hemos mantenido. En Holguín hay un gran movimiento rockero, lo evidenció el festival”, añade. “Como mismo hay personas que van dejando el mundo del rock, están surgiendo jóvenes que se están insertando al metal. Holguín siempre va a ser una buena cantera para el rock, lo mismo por el público que por las bandas. Tenemos 11 grupos de rock, y decir esto fuera de la capital es difícil”.
Y Mephisto tiene intenciones de reconquista, y por lo visto no sólo con viejas tácticas. “No podemos quedarnos en aquella etapa por amor a la nostalgia. Queremos que el grupo evolucione”, afirma el cantante y enseguida da otras buenas noticias: “Estamos trabajando en un nuevo disco desde otro concepto del metal…Hay quienes dicen que Mephisto fue el pionero en Cuba del black metal. Creo que muchos lo intentaron al igual que nosotros, pero realmente Mephisto levantó el género. Ahora trataremos de hacer algo dentro del death y el black, incluyendo lo sinfónico, y también pensamos perfeccionar el trabajo en escena vinculándolo con el teatro. Pensamos tener para febrero un buen espectáculo. ¡Ya veremos!”
Finalmente, Mephisto ascendió al Maxim. Para entonces ya habían tocado Helgrind, banda de death metal melódico que debutó el pasado 26 de octubre; Darknaberus, que como siempre proyectó en cuerpo y sonoridad su metal primitivo, y la tropa de Combat Noise. Un buen momento para tomarle al pulso al metal hecho en Cuba.
Varias han sido las etapas por las que ha transitado Mephisto. No es un secreto que diversos problemas han puesto en riesgo a una de las bandas precursoras del black metal en Cuba, conformada en 1997 por cuatro integrantes, uno de ellos, Alexander Jorge (la mole) ya traía en su expediente la pertenencia a Destrozer, como suele salir a la luz. Pero, más que alentadores demonios del black, parece que nuevamente andan rondando el alma y la voluntad -bien probada- de los metaleros cubanos, en especial de esos que fuera de La Habana y con condiciones menos confortables, salvan su proyecto, y con este una larga historia.
Hace poco más de un año, comentó Osney Cardoso, cantante y fundador de la alineación, hay un trabajo por lograr estabilidad y desempolvar ideas originales que quedaron guardadas en el camino: “del 2007 para acá la banda dejó de funcionar por varios problemas y hace un año atrás Alexander y yo decidimos reempezar, y llamamos a los músicos que habían estado en Mephisto. Muchos aceptaron, otros no. Pero, en fin, como integrante nueva solo tenemos a Susel, la tecladista. Estamos tocando temas que son de 13 ó 14 años atrás. Sin embargo, hemos vuelto al principio, pues la idea, el concepto que teníamos era trabajar el black metal, pero fusionado con el death metal, o sea, black y voces guturales del death metal”.
La certeza de que el grupo, bajo las riendas hoy de Rigoberto Ricardo (batería) ha vuelto con fuerza la dio el Festival Metal HG, donde tocaron junto a la Orquesta Sinfónica de Holguín, en un concierto inédito que, al decir de la crítica, ayudó a sacar a Mephisto de las tinieblas, para remover a base de rugidos y virtuosismo a sus seguidores.
“Siempre tuvimos la idea de hacer un tipo de metal donde incluyéramos mucha sinfonía, muchas cuerdas como son violines, chelo”, apunta Osney. “Ahora se dio la posibilidad de hacer este concierto para el que estuvimos trabajando casi cuatro meses, haciendo arreglos a los temas, algunos viejos, muy conocidos”.
Casi al subirse al escenario del Maxim, enuncia parte del repertorio de la noche: Symphony of wolves, Lord Draculia, Before the darkest throne, Mausoleum of inmortals: “La gente sigue pidiendo esos temas, jóvenes que no estuvieron en aquellos tiempos. Por eso los hemos mantenido. En Holguín hay un gran movimiento rockero, lo evidenció el festival”, añade. “Como mismo hay personas que van dejando el mundo del rock, están surgiendo jóvenes que se están insertando al metal. Holguín siempre va a ser una buena cantera para el rock, lo mismo por el público que por las bandas. Tenemos 11 grupos de rock, y decir esto fuera de la capital es difícil”.
Y Mephisto tiene intenciones de reconquista, y por lo visto no sólo con viejas tácticas. “No podemos quedarnos en aquella etapa por amor a la nostalgia. Queremos que el grupo evolucione”, afirma el cantante y enseguida da otras buenas noticias: “Estamos trabajando en un nuevo disco desde otro concepto del metal…Hay quienes dicen que Mephisto fue el pionero en Cuba del black metal. Creo que muchos lo intentaron al igual que nosotros, pero realmente Mephisto levantó el género. Ahora trataremos de hacer algo dentro del death y el black, incluyendo lo sinfónico, y también pensamos perfeccionar el trabajo en escena vinculándolo con el teatro. Pensamos tener para febrero un buen espectáculo. ¡Ya veremos!”
Finalmente, Mephisto ascendió al Maxim. Para entonces ya habían tocado Helgrind, banda de death metal melódico que debutó el pasado 26 de octubre; Darknaberus, que como siempre proyectó en cuerpo y sonoridad su metal primitivo, y la tropa de Combat Noise. Un buen momento para tomarle al pulso al metal hecho en Cuba.
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